LA OPOSICIÓN ENTRE BUENOS AIRES Y LAS
PROVINCIAS, PRESENTE CON UN SIGLO DE DIFERENCIA, LAS MONTONERAS Y EL CORDOBAZO
INTRODUCCIÓN
El
presente trabajo mostrará que la oposición entre Buenos Aires y las provincias,
existente en la mitad del siglo XIX, puesta de manifiesto en el accionar de, y
contra, Las Montoneras, resurge con la misma virulencia en la mitad del siglo
XX, notorio en El Cordobazo, y para ser
más exacto, en lo que realmente fue un Argentinazo.
Para
el desarrollo de la hipótesis, el lector encontrará el contexto en el que
sucedieron ambos momentos de la historia y los actores sociales que
intervinieron.
Como
conclusión analizaremos los puntos en común de ambos períodos, que le permitirán al lector tener una prueba
concreta de cómo el período del Cordobazo (Argentinazo), fue revivir los
tiempos de Las Montoneras, en cuanto a la oposición entre Buenos Aires y las
provincias.
DESARROLLO
LA
MONTONERAS
Tras la batalla de Caseros, ocurrida el 3 de
febrero de 1852, el gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza, vence a
Juan Manuel de Rosas. Los dos primeros presidentes constitucionales, Justo José
de Urquiza y Santiago Derqui, gobernarán una Confederación sin la participación
del estado de Buenos Aires.
“Sin Rosas, los sectores opositores que se
habían asociado, se lanzan al combate entre ellos por mayor poder y
privilegios, y para ello todos tratan de debilitar al federalismo consolidando
la dependencia.
Predican
la incapacidad del criollo, reaccionan contra la “barbarie” y dañan valores
tradicionales en beneficio de otros
propios del liberalismo.”[1]
En
la Batalla de Pavón, 17 de Septiembre de 1861, Bartolomé Mitre, resulta
dudosamente vencedor. Buenos Aires se incorpora a la Nación.
“Pavón
no es solo una victoria militar, es un triunfo de la civilización sobre los
elementos de guerra de la barbarie,
escribe Mitre a su ministro de guerra…”[2]
El
22 de noviembre en la Cañada de Gómez, a manos de Venancio Flores, cae la
oficialidad del ejército federal, los sorprendieron durmiendo y muchos fueron
degollados. Se desata una ola de sangre en la Argentina.
“…calló
la prensa de Buenos Aires, ilustrada y titulada principista; y calló el general
Mitre…” [3]
¿Dónde
está la barbarie? ¿En manos de las provincias o en manos de Buenos Aires?
“La
pretensión de estos exponentes de la civilización
era expoliar a las provincias productoras de materias primas, alimentos y
de otros bienes, para beneficio del puerto de Buenos Aires.
El
unitarismo porteño requería ser prebendado en un país agroexportador, al actuar
asimismo a favor de potencias extranjeras, ahogando toda posibilidad de
competencia interna. “[4]
Mientras
tanto el Paraguay, con José Rodríguez de Francia, primero, luego con Carlos
Antonio López, y por último con Francisco Solano López había logrado el
desarrollo basado en los propios recursos. La economía era próspera. No había
deuda externa y la moneda era estable.
Podría
decirse que Paraguay era económicamente, un ejemplo. Claro está que esto no era
del agrado de las grandes potencias.
“En
1864, desde Asunción, Edward Thornton (diplomático
británico)… expresó… que el Paraguay podía impedir el desarrollo y progreso
de todos sus vecinos, por lo cual la presencia de esa república era nociva, y
su extinción como nacionalidad o la caída de la familia reinante debía ser
provechosa para su propio pueblo como también para todo el mundo.”[5]
Mitre,
expresa, “La República está en el
imprescindible deber de formar alianza con el Brasil a fin de derrocar esa
abominable dictadura de López y abrir al comercio del mundo esa espléndida y
magnífica región que posee, a la vez, los más variados productos de los
trópicos y de los ríos navegables para explotarlos.”[6]
La
República Argentina declara la guerra definitivamente en 1865.
En
tanto, “Los Federales comprendieron que
en los esteros del Paraguay se jugaba también su destino y, no obstante la
propaganda mitrista la disfrazaba de nacional, la guerra contra Paraguay era
enormemente impopular.”[7]
Paradójicamente “La guerra se hacía con los guardias
nacionales no sublevados y los
prisioneros de guerra paraguayos. Con las tropas de línea, más disciplinadas, el
mitrismo protegía a sus gobernadores (aliados) contra sus gobernados.”[8]
“El
caudillo catamarqueño Felipe Varela lanzó una proclama llamando a la rebelión y
a no participar en una guerra fratricida diciendo: "Ser porteño es ser
ciudadano exclusivista y ser provinciano es ser mendigo sin patria, sin libertad,
sin derechos. Esta es la política del gobierno de Mitre. Soldados Federales,
nuestro programa es la práctica estricta de la Constitución jurada, el
orden común, la amistad con el Paraguay y la unión con las demás repúblicas
americanas".”[9]
Así
en el tratado de la “triple infamia”, como lo llama Jose María Rosa en su libro
“La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas”, Paraguay era entregada
como despojo de guerra. “Trama paciente y prolijamente urdida por el imperio”
decía el Diario El Pueblo.
Felipe
Varela, Jefe de una de las montoneras, expresa en su Proclama de diciembre de
1866:
“Tal es el odio que aquellos
fraticidas porteños tienen a los provincianos, que muchos de nuestros pueblos
han sido desolados, saqueados y asesinados por los aleves puñales de los
degolladores de oficio: Sarmiento, Sandes, Paunero, Campos, Irrazaval y otros varios dignos de Mitre.”[10]
Para
hablar sobre el gaucho, la tropa de las montoneras, que mejor que Martín
Fierro:
“Para
él son los calabozos, / para él las duras prisiones. / En su boca no hay
razones / aunque la razón le sobre, / que son campanas de palo / las razones de
los pobres”.[11]
José
Hernández con Martín Fierro contribuye a la causa de los gauchos y de todos los
oprimidos de cualquier parte del mundo.
En
estos tiempos no se distingue entre nativos o gauchos, ni a los hacinados en
los suburbios.
“El
gaucho, al comenzar la llamada conquista
del desierto, fue perseguido utilizando para ello la ley contra la vagancia y llevado a los fortines para
combatir a los indios, consolidando su vasallaje y sometimiento. La exigencia
de la papeleta para conchabarse en
alguna estancia, solamente por la comida, y no ser remitido a la frontera,
potenciaba su esclavitud.
Así,
salvo que se alzase como gaucho matrero (Por
ejemplo, como parte de las montoneras), formaba parte de un ejército de mano de
obra casi gratuita, acumulando riquezas para otros y andando mal pero acostumbrau”.[12]
Hasta
aquí es muy fácil poder entender que había una fuerte oposición entre Buenos
Aires y las Provincias. ¿Ahora la cuestión era solo política, era racismo o el trasfondo era económico?
Todos
estos ítems tenían cierto asidero, pero lo que tenía más fuerza era la cuestión
económica.
Buenos
Aires quería exportar los productos de la ganadería y comprar en cambio los
productos extranjeros, eran por lo tanto libre cambistas.
Del
otro lado estaba el interior, carente de productos exportables, poseedor de una
industria rudimentaria que abastecía el mercado interno y que por lo tanto la
introducción de productos extranjeros significaba la ruina.
Según
Milcíades Peña, ambos tenían plena conciencia de sus intereses.
Agregado
a esto estaba la cuestión de la aduana, que de alguna manera hermanaba a todas
las provincias, pues prácticamente todo lo que se importaba o exportaba pasaba
por la Aduana de Buenos Aires.
Así
Buenos Aires se quedaba con todo el producido de la Aduana, sin otorgar
participación alguna al resto de las provincias.
Esencialmente
Buenos Aires tiene el monopolio de la Aduana y del puerto Nacional.
Mitre
como presidente de la Nación lo que hizo fue “volcar por la fuerza las
situaciones provinciales a su favor, para dirigir una organización nacional con
hegemonía de Buenos Aires. “[13]
“El
conflicto con Buenos Aires estuvo a punto de desmembrar al país en varias
republiquetas liliputienses. (…) Era una
verdadera tragedia que las industrias criollas, notoriamente atrasadas, para
conservar sus mercados locales, debieron fragmentar el país renunciando así a
construir el gran mercado nacional. Porque este debía fatalmente ser controlado
por la burguesía porteña, y ello significaba el libre cambio, es decir,
entregar el mercado nacional a la industria inglesa. La historia no brindaba
ninguna salida para este círculo de hierro.”[14]
Las
montoneras aparecen para romper esta hegemonía de Buenos Aires. “La montonera
conjugó en su seno al gauchaje del litoral, privado de su tradicional modo de
vida por la valorización de la carne que trajo consigo el comercio libre, con
los más variados sectores de la población del interior, destruidas sus fuentes
de subsistencia por la competencia inglesa.
(…)
a su frente galopaban los caudillos, representantes de los ganaderos del
litoral y de los comerciantes y terratenientes del interior, empobrecidos
también ellos por la política de la oligarquía comercial y estancieril
porteña.”[15]
“A
pesar de contar con un importante apoyo popular, Varela fue derrotado por las
fuerzas nacionales en 1867. Como decía la zamba de Vargas, nada podían hacer
las lanzas contra los modernos fusiles de Buenos Aires.”[16]
El
CORDOBAZO
El
16 de septiembre de 1955 se produce la sublevación autodenominada “Revolución
Libertadora”, movimiento encabezado por el general Eduardo Lonardi, que derrocó
al gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón. El 13 de noviembre
de 1955, Lonardi sería reemplazado por el general Pedro Eugenio Aramburu.
Fermín
Chavez, Revista Primera
Plana Nº 507, 13 de septiembre de 1973, expresa que el Gobierno de Perón había herido
sensiblemente a las minorías oligárquicas y a la burguesía del país, al igual
que a los intereses británicos, que terminan uniéndose a quienes les ofrecen
una posibilidad de revancha, los militares y su “Revolución Libertadora”.
El 28
de junio de 1966,
once años después, el teniente general Juan Carlos Onganía
derroca al gobierno democrático de Arturo
Illia y da inicio a la dictadura autodenominada Revolución Argentina.
"Este gobierno es una mezcla de lo peor que tiene
cada sistema: del liberalismo, aplica el libre cambio y la libre empresa, del
fascismo y variantes feudales diversas, el autoritarismo, las jerarquías
consideradas como de orden divino; del cristianismo, la moralina ultramontana,
el clericalismo, la utilización reaccionaria de los sentimientos religiosos
para sostener todo lo que es orden establecido, …"[17]
Emerge,
lo que Guillermo O´Donnell en su libro El
Estado Burocrático Autoritario, llama, precisamente, Estado Burocrático Autoritario.
Este estado se caracteriza por una
estructura de clases subordinada a las fracciones superiores de una burguesía
altamente oligopólica y trasnacionalizada. Institucionalmente, adquieren peso
decisivo las especializadas en la coacción y las que intentarán llevar a cabo
la normalización de la economía. Hay exclusión política de un sector popular
previamente activo. Por lo tanto hay supresión de la ciudadanía y de la
democracia política.
Este
estado excluye económicamente a los sectores populares en beneficio de grandes
unidades oligopólicas de capital privado y de algunas instituciones estatales,
acrecentando las diferencias. Promueve, además, una mayor trasnacionalización.
Es
en este estado que luego de casi 3 años de gobierno la situación se torna
insostenible.
“Los
atropellos, la opresión, el desconocimiento de un sin números de derechos, la
vergüenza de todos los actos de gobierno, los problemas del estudiantado y los
centros vecinales se suman.”[18]
Tal
y como expresa Guillermo O´Donnell, en su libro antes citado, los masivos
alzamientos que se producen en los grandes centros urbanos en parte expresan y
en parte disparan las tensiones acumuladas desde que se implantara el llamado
Estado Burocrático Autoritario.
Para
tener una idea global de los alzamientos de aquel momento trasladamos en forma
de cuadro lo expresado por los historiadores rosarinos, Leonidas Ceruti y Mirta
Sellares.
1969
|
CÓRDOBA
|
ROSARIO
|
TUCUMÁN
|
CORRIENTES
|
MENDOZA
|
RIO NEGRO
|
MAYO
|
14,
20.
29 (CORDOBAZO)
|
16,
17, 18, 20.
21 (ROSARIAZO, fuerte base estudiantil)
22,
23, 25
|
13
|
15,
20
16
Capital Federal envía el Ejército y en Formosa la Gendarmería está
acuartelada
|
20
|
|
30 DE MAYO PARO GENERAL DE LA CGT
|
||||||
JUNIO
|
20
|
|||||
SEPTIEMBRE
|
12
|
7,
8, 12
15
16
(ROSARIAZO proletario)
17
(el
Ejercito se hace cargo de la represión)
|
12 LA HUELGA SE EXTIENDE POR TODO EL PAÍS
|
12
(Cipolleti,
levantamiento masivo)
|
||
Cronología
de los diversos acontecimientos en contra de la dictadura, basadas en “El
Rosariazo día por día” de Leonidas Ceruti y Mirta Sellares. On line: http://www.elortiba.org/rsriazo.html
|
Este
cuadro da la idea de cómo lo que se llamó Cordobazo fue un verdadero
Argentinazo.
Con
todo esto la misión suprema del Estado Burocrático Autoritario, del que nos
habla O´Donnell, muere espectacularmente pues el orden y la paz social que
había venido a garantizar, se habían diluido junto con los primeros disturbios.
Hiriendo mortalmente a la dictadura.
El
cordobazo fue “el momento más alto a que
llega el proletariado en la lucha de clases en nuestro país.”[19]
Porque “la lucha de clases es el motor de la historia, y (…) la concepción
sobre el estado en la sociedad dividida en clases antagónicas.”[20]
Y porque se produce “La participación masiva y casi total del proletariado de
una ciudad industrial como Córdoba, (…) acompañado por el movimiento
estudiantil y sectores de las capas
medias” Y significa “la ocupación
durante varios días, de casi toda la ciudad, donde la ley la dictaban y la
imponían (…) el propio sujeto social de la revolución clasista. Ellos tenían el
poder de la coerción y el aparato del
estado había achicado su jurisdicción a los recintos dónde estaban (…)”[21]
CONCLUSIÓN GENERAL
Ambos períodos tienen un antecedente similar: los líderes que mantenían la unidad Federal del país, fueron anulados, Rosas y Perón. Luego sobrevienen en el país
luchas de distintos sectores opositores
tratando de acceder al poder.
Posteriormente
se produce una crisis de la hegemonía de Buenos Aires sobre las provincias en ambos períodos. Tanto
en un momento como en el otro se sigue
ejerciendo la coerción con el aparato
del estado, con base en Buenos Aires, sobre las provincias. Sin embargo,
en estos períodos estudiados la sociedad, las clases populares de las
provincias, ya no dan su consenso, y es ahí dónde aparecen las montoneras, los
“Felipe Varela” y el Cordobazo con los
“Agustín Tosco”.
BIBLIOGRAFIA
- De
Paoli, Pedro (1964) Sarmiento. Buenos
Aires. Ediciones Teoría. Pag. 305
- Di Meglio,
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- Cena,
Juan Carlos (2000) El cordobazo, una
rebelión popular. Art. Galina, Nestor
El Cordobazo: Lucha de Clases y Crisis de Hegemonía. Buenos Aires. Edit. La
Rosa Blindada (Pag.172)
-
Cooke, John William (1970) Peronismo y Revolución. Ediciones Tipo
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Disponible: http://issuu.com/tipofanzine/docs/jwcooke_peronismo_y_revolucion
- Hernández,
José (1960) El Gaucho Martín Fierro.
Buenos Aires. Eudeba
- La
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- O’Donnell,
Pacho, Pigna, Felipe y Otros. (2012) La
otra historia. Buenos Aires. Ariel.
- O´Donnell, Guillermo. El Estado Burocrático
Autoritario
-
[On line] Disponible: http://www.elhistoriador.com.ar/datos/presidentes_de_argentina.php#_ftnref11
- Peña,
Milciades. (1969) El Paraíso Terrateniente.
Ediciones Ficha
- Rosa, José
María. (1964) La guerra del Paraguay y
las montoneras argentinas. A. Peña Lillo. Pag.261
[1] O’Donnell, Pacho, Pigna, Felipe y Otros. (2012) La otra historia. Buenos Aires. Ariel. Pag. 117
[2] Rosa, José María. (1964) La guerra del Paraguay y las montoneras
argentinas. A. Peña Lillo. Pag. 79
[3] Idem anterior: Pag. 79
[4] O’Donnell, Pacho, Pigna, Felipe y Otros. (2012) La otra historia. Buenos Aires. Ariel. Pag. 118
[5] Idem anterior. Pag. 136 y 137. Lo aclarado entre ( ) pertenece a la autora de este trabajo.
[6] La Nación Argentina. 3 de Febrero de 1865
[7] Rosa, José María. (1964) La guerra del Paraguay y las montoneras
argentinas. A. Peña Lillo. Pag. 255
[8] Idem anterior. Pag. 255. Lo aclarado entre ( ) pertenece a la autora de este trabajo.
[10] Rosa, José María. (1964) La
guerra del Paraguay y las montoneras argentinas. A. Peña Lillo. Pag.261
[11] Hernández, José (1960) El Gaucho
Martín Fierro. Buenos Aires. Eudeba
[12] O’Donnell, Pacho, Pigna, Felipe y Otros. (2012) La otra historia. Buenos Aires. Ariel. Pag. 119. Lo aclarado entre
( ) pertenece a la autora de este
trabajo.
[13] Di Meglio, Gabriel. (2012) Historia
de las Clases Populares en la Argentina. Sudamericana. Pag. 388
[14] Peña, Milciades. (1969) El
Paraíso Terrateniente. Ediciones Ficha. Pag. 24
[15] idem anterior
[17] Cooke, John William (2011) Peronismo
y Revolución. Ediciones Tipo Fanzine. [On line] Disponible: http://issuu.com/tipofanzine/docs/jwcooke_peronismo_y_revolucion Pag. 259
[19] Cena, Juan Carlos (2000) El
cordobazo, una rebelión popular. Art. Galina, Nestor. El Cordobazo: Lucha de Clases y Crisis de Hegemonía. Buenos Aires.
Edit. La Rosa Blindada (Pag.172)
[20] Idem anterior
[21] Idem anterior
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